

“Se siente la baja del turismo uruguayo, a ver si en Semana Santa nos acompañan un poquito”, dijo uno de los prestadores.
La mayoría de los comercios no tuvo agua, pero cerró por precaución durante la inundación.
“Tenemos la esperanza de poder trabajar y terminar la semana bien”, remarcaron. Algunos locales permanecieron hasta cinco días sin abrir, y con el agua a diez centímetros de sus puertas.
“Esperamos que semana santa nos tire un salvavidas, estuvimos muy flojos en ventas y se siente la baja del turismo uruguayo”, manifestaron esperanzados en una reactivación.