“Asombra el silencio”. El testimonio de un argentino desde ciudad del Vaticano

“Tuve la posibilidad de entrar a despedir al Papa, de verlo, se me pone la piel de gallina. El amor que tiene la gente es increíble”, remarcó el joven y destacó cómo lo conmovió la experiencia y el notable respeto, incluso de parte de quienes no comparten el mismo credo. “Agachan la cabeza, lo miran y enseguida apartan la mirada porque es una imagen muy fuerte, es shockeante”, describió

“Es una imagen increíble, él con su energía te genera muchos sentimientos. A medida que te vas acercando nos hacen guardar el celular, no se puede sacar fotos, vos podés sacar en el pasillo y diez metros antes hay una seguridad especial. Nos generó una energía increíble y nerviosismo”

Mateo contó que la ciudad de Roma “está repleta”, y agregó que “vine caminando, estamos a media hora desde el hotel, las calles repletas de gente, los micros llenos, y los taxis con tarifas altísimas, nos querían cobrar unos 20 euros. Jamás había visto tanta cantidad de efectivos, una organización increíble”, señaló.

Las filas para ingresar se extienden por varias cuadras y el flujo de circulación es constante. “Nosotros llegamos a las 11 de la mañana y pudimos entrar en 40 minutos de fila”, recordó.

El joven resaltó además, los dispositivos de seguridad que fueron dispuestos en torno al velorio del Santo Padre. Carabineros, policías, el ejército, protección civil, los escoltas suizos en la zona del cuerpo del Papa, fueron algunas de las fuerzas que describió Parra.

“Nos hicieron tres controles, uno de tacto, de mochila y otro de detector de metales. En todos los controles nos frenaron por el mate y le tuvimos que explicar. Nos pudimos acercar a medio metro, un metro como mucho del Papa. Soy un agradecido de la vida por estar en este momento histórico”, expresó.