Madre de joven ví­ctima de una picada advierte "yo creo que no aprendimos"

Irene agregó que “él nos decía que no hacía picadas, la verdad que nosotros no sabíamos. No eran drogadictos, ni siquiera fumaban. Lo hacían por la adrenalina, como una pasión más allá del peligro, son chicos grandes. Y yo creo que no aprendimos”.

La madre de Sebastián remarcó que como padres siempre la advertían a su hijo sobre el uso de la moto. “Desde el momento en que le compramos la moto le dijimos que tenía que tener cuidado. Con respecto a las picadas, siempre le estábamos hablando, pero el no nos decía que hacia picadas.  El se iba a reunir con sus amigos, que vivían en otro barrio. Mi hijo y el otro nene, eran chicos muy buenos. Hubo gente que decían que eran drogadictos pero esto no es así, ellos nunca habían fumado cigarrillo. Ellos lo hacen por la adrenalina, lo hacen como una pasión, más que por el peligro que corren”.

El día del accidente, Sebastián le había dicho a su novia que era la última vez que lo iba a hacer. Sus padres llegaron a la casa luego de la iglesia cuando los llamaron y dijeron que su hijo había tenido un accidente.  

“El otro chico que lo impacta iba sin casco, y cuando iban al costado iba el camión, por pasar el camión se chocó de frente con mi hijo. Mi hijo llevaba puesto el casco, pero tenía todas las arterias del brazo cortadas, y se estaba desangrando, cuando quisieron unirle la aorta, no pudieron, el mismo brazo cortado en dos partes”.

Irene contó que cuando llegó al hospital, se enteró de que el otro chico había muerto y comenzó a llorar por el dolor de la otra madre, sin saber que ella en minutos se iba a encontrar en el mismo lugar.

Luego del accidente, las madres convocaron a todo el grupo de chicos que hacían picadas. “Nosotros queríamos que ellos vieran nuestro dolor como papás, tengo conocimiento de que muchos de ellos ya no lo hacían”.

En este sentido, Irene expresó: “Les ruego a esos adolescentes que tomen conciencia que no lo hagan por ellos, sino por su mamá, su papá, sus hermanos. Cada vez que agarren una moto, miren alrededor suyo, miren lo que se logra haciendo picadas, y piensen en sus padres”.

Irene manifestó que antes le costaba salir a la calle y escuchar motos. “Cuando veo un adolescente como era Sebastián, cierro los ojos y le digo a Dios que cuide a ese adolescente”.