Francisco Hernández vive en una chacra en Las Piedras, produce alimentos y tiene colmenas. Dijo en RADIO MÁXIMA que, al mediodía del martes pasado, observó la llegada de un “mosquito fumigador” (máquina agrícola fumigadora o pulverizadora), y se acercó a decirle al conductor que lo esperara “para juntar mis perras y mis plantas para irme. Es violento tener que irte de tu casa”.
El vecino explicó que se trata de una estancia de grandes dimensiones, entre 2 a 3 mil hectáreas, suponen que la fumigación era “para hacer maíz”.
“Hablé con el ingeniero, muy amable, y me dijo que ellos tienen protocolos, pero reconoció que ese día no se podía aplicar”, dijo Hernández porque había viento en dirección a la vivienda. Agregó que “falta control” sobre la actividad.
“Si vos denuncias, vienen a la semana y no saben ni a qué vienen. Nos queda la de ir y hablar en buenos términos”, indicó.
“Somos varios vecinos, hay una escuela cercana, un arroyo, hay vacas, hay ovejas, hay vida. Estamos viviendo un desastre ambiental”, enfatizó Hernández.
El vecino de Las Piedras instó a reflexionar sobre la contaminación y pensar en el legado que se deja a las generaciones más jóvenes.
