

Carlos Godaracena, integrante de la Asamblea Ciudadana Ambiental y uno de los participantes de las reuniones que dicha organización mantuvo días atrás tanto con el titular de la Delegación Argentina ante la CARU Eduardo Lauritto como con los dos tencnicos argentinos que integran el Comité Cientifico que se encarga de los monitoreos, dijo en RADIO MAXIMA que coincidieron con las autoridades en que “la anterior administración de la CARU modificó el Digesto para permitir el normal funcionamiento de Botnia y que Argentina no tenga derecho a reclamo alguno”. Además expresó que, tal como está planteado actualmente el monitoreo que se efectúa en Fray Bentos, “es una parodia” e insistió en profundizar los controles y realizar el estudio de base en la desembocadura del río Negro, anticipándose a la puesta en marcha de UPM2.
- Modificación del Digesto
Goldaracena comenzó diciendo que “nuestra gran preocupación ha sido lo que ocurrió pocos días antes del cambio de Gobierno Nacional, en diciembre de de 2019, cuando se produce la modificación del Digesto del Río Uruguay lo que constituye una situación de extrema gravedad ya que se está volviendo hacia atrás. Cuando nos pusimos a analizar la modificación que consensuó la anterior conducción de la CARU encabezada por Mauro Vazón, encontramos que varios parámetros que se miden tanto en el efluente de Botnia como en el río, en lugar de ser más estrictos pasaron a ser más laxos y permisivos. Si esta reforma no se suspende y se revisa, la situación será aun más desastrosa para el curso de agua de lo que ya viene siendo”.
El asambleísta explicó que “una de las cosas que hicieron fue dividir el río en zonas en las que establecieron diferentes parámetros según cada una de esas zonas, establecieron una denominada ‘zona de mezcla’ que no sabemos exactamente en que consiste y que sería un lugar específico hacia donde pueden ir los efluentes industriales y que tendría valores aun más permisibles que otras de las zonas en las que dividieron el río”.
También Goldaracena remarcó que “los valores de muchos parámetros que se miden han sido elevados notablemente y lo que ha hecho la anterior administración de la CARU no es más que modificar el Digesto para permitir el normal funcionamiento de Botnia y que Argentina no tenga derecho a reclamo alguno”.
Según refirió el histórico referente del equipo técnico de la Asamblea, “el nuevo presidente de la Delegación Argentina ante la CARU, Eduardo Lauritto ya nos manifestó la semana pasada en la reunión que mantuvimos en Paysandú que nuestro país reclamó la suspensión de la modificación del Digesto con fines de revisión, es decir suspender para luego revisar lo que se modificó. Hay un principio legal en el Derecho Ambiental que es el de no regresión de las normas, lo cual quiere decir que no está permitido sancionar una reglamentación con parámetros de control menos estrictos de los que había con anterioridad. Toda reforma que se haga siempre debe ser más exigente en cuanto a los controles de contaminación que los que estipulaba la norma que se está modificando. Además esta modificación que hicieron también viola el Estatuto del Río Uruguay, que es una norma superior al Digesto”.
En tal sentido, Goldaracena contó que “otra de las anormalidades que sucedieron en el proceso de modificación del Digesto fue la no intervención de los integrantes del Comité Científico de la CARU. Los dos miembros argentinos no participaron en absoluto pero además se oponen a la reforma, consideran que es un retroceso y así lo hicieron saber por escrito al anterior presidente de la CARU, Vazón. Para hacer esa modificación lo que hizo la CARU en 2018, fue contratar un consultor que pertenece a la Universidad Nacional del Litoral. Es realmente lamentable”.
Para Goldaracena, “Lauritto se mostró muy entusiasmado en poder lograr esta suspensión lo cual será tratado en enero con la Delegación Uruguaya ante la CARU. Pero además, en la reunión que tuvimos al día siguiente de estar en la sede de la CARU, los dos técnicos argentinos que integran el Comité Científico que ingresa a la planta de Botnia, nos confirmaron que se ha iniciado un estudio biológico en toda la zona de influencia de Botnia. Esto se hace independientemente del monitoreo a la pastera y esto, tal como la Asamblea venía reclamando desde hace muchos años, incluye análisis de biota, marcadores biológicos y test de ecotoxicidad. Esto es muy importante pero debemos lograr parar esta modificación del Digesto”.
- El monitoreo actual en Fray Bentos
El doctor Goldaracena manifestó que “el titular de la Delegación Argentina ante la CARU coincidió con el planteo de la Asamblea en que no puede ser que, con esta clase de monitoreos que se realiza a la pastera de Fray Bentos, se incluya en los informes que la planta funciona normalmente, cuando todos sabemos que no es así. Y también estuvo de acuerdo en que con este tipo de controles que se realizan mensualmente del elemento receptor nunca vamos a poder saber si hay o no contaminación. Avisar con diez días antes que se va ingresar a la planta, no tener ingreso ilimitado a la planta, por ejemplo, viola lo que dispuso el fallo de La Haya, que habla de ‘monitoreo contínuo e integral” de la pastera. Así, como se viene haciendo desde 2010 estos controles son una parodia, y en esto, insisto, en la CARU coinciden”.
Puntualizó el experto de la Asamblea que “también hicimos hincapié en que cada ingreso a la planta de Fray Bentos se permita el estudio del efluente de manera mucho más completa, por ejemplo usar marcadores biológicos y hacer test de ecotoxicidad en el mismo efluente. Uruguay hasta ahora se opone a esto y solo acepta el monitoreo químico en la zona de influencia. Otro de los temas también muy inquietantes son los efluentes contaminantes de la planta química de Kemira, que al parecer son tratados en Botnia y ante la ampliación que esa fabrica sufrirá, también van a incrementarse sus desechos”.
- UPM2
Finalmente Goldaracena se refirió a la futura mega planta de celulosa que UPM está construyendo a orillas del río Negro. Al respecto mencionó que “otra de las cuestiones muy grave que se avecina es la de UPM2 por lo cual nosotros insistimos tanto ante Lauritto como ante el Comité Cientifico de comenzar urgentemente el estudio para determinar la línea de base con marcadores biológicos incluídos en la desembocadura del río Negro, por donde van a llegar los efluentes contaminantes de esta futura pastera al río Uruguay. Esto también se ha comenzado a hacer recién ahora, pese que para esto ya había consenso con Uruguay desde el año pasado”.
Para Goldaracena, “UPM2 va a provocar un desastre de proporciones inusitadas en el río Uruguay por el nivel de producción que va a tener y por los millones de litros de efluentes diarios que va a arrojar a un río como el Negro que ya está gravemente contaminado con fósforo. Esa alta carga de contaminantes van a terminar en el río Uruguay, acumulando aun más de lo que ya viene soportando ese curso de agua por el funcionamiento de la planta de Fray Bentos”.