Según un reciente informe de la Confederación Farmacéutica Argentina sobre el consumo de psicofármacos, que compara información de consumo, del año pasado, respecto al mismo periodo este año, Gómez indicó que se manifiesta un aumento en el consumo, del 7 por ciento.
“Representa lo que pasa en cada farmacia. Aumentó la venta de estos psicofármacos”, señaló. Entre estos, los ansiolíticos clásicos que antes lideraban la venta, exponen una disminución, frente a un incremento hacia otros psicofármacos.
“Puede pasar que los ansiolíticos tradicionales se estén usando un poco menos y los medicamentos específicos, un poco más”, indicó.
El grupo de medicamentos hipnóticos, sedantes y antidepresivos, y otros para tratar trastornos del sueño, estrés o insomnio son los que tuvieron un aumento de consumo.
Gómez analiza que hubo “una redistribución” y que existe la probabilidad que quienes adquirían ansiolíticos, hubieran migrado al otro grupo de psicofármacos.
Agregó además, que “personas más jóvenes empiezan tratamiento con psicofármacos, controlados por la condición de venta que tienen”. El farmacéutico remarcó que, en ese tipo de medicamentos, “la pandemia fue un punto de inflexión”.
Asimismo aclaró que condiciones de ansiedad, nerviosismo, e insomnio, se pueden solucionar con cambios de hábitos, de alimentación y actividad física.
El profesional recomendó finalmente, que no hay que correr riesgos con la automedicación. “Es importante ir al médico o preguntar en la farmacia. Nosotros tratamos de atenderlo con atención primaria”, señaló.