Kneeteman manifestó que “no se lo deseo a nadie, con esto te manchan. Y se lo pueden hacer a cualquiera, yo estoy amargado. Salgo a la calle y digo…por ahí piensan que soy un degenerado. Pienso en mi familia. Es mi cara y yo no ando desnudo ni en mi casa”.
La víctima señaló que el número del que recibió una llamada, tenía característica desconocida. “Es +51 229. Eso acá en Argentina no existe, es de otro país”, señaló.
“Tengo una familia, hijos, y nunca tuve inconvenientes con nadie, afirmó Kneeteman y agregó que analizan cambiar el número.
“No me van a sacar un mango, con una jubilación de 400 mil pesos y una vidriería. Tengo 67 años, estoy pensando si no es mejor tener teléfono fijo, un celular es una herramienta que parece un revólver”, reflexionó el comerciante.