RADIO MÁXIMA recorrió las viviendas cercanas a la Costanera del Tiempo, para dialogar con vecinos de la zona y conocer su opinión luego de las obras realizadas en el lugar.
Luisa, que vive detrás del Centro Cultural, se mostró entusiasmada. “El lugar es otro, está iluminado, nos sentimos seguros, yo tengo mi casa llena de perros y así y todo entraban igual a robarme. Ahora se ve gente todo el tiempo, de tarde y los fines de semana se llena de jóvenes y familias. Los chicos que hacía rato no se veían, a jugar en la plaza. La verdad, estoy muy contenta con esto”, dijo.
Nélida, que vive unos metros más hacia el sur, dice que “cambió todo, está hermoso, siempre hay familias, gente que camina, hace deportes, otros que vienen a tomar mates, los chicos en la plaza, los jóvenes en grupo por todos lados, es otro el lugar. Cambió el barrio, ahora me cruzo hasta de noche a caminar o a tomar unos mates, antes daba miedo. Estamos muy agradecidos por recuperar este lugar”. Consultada sobre comercios nuevos que se hayan instalado en la zona, Nélida contó que “aún no, pero ya se están proyectando. Yo soy una”, dice y se ríe, “hace falta un kiosco y en eso estoy, por acá cerca también están en eso con otro tipo de negocio y más ahora que se viene el calor y la gente anda más y hasta más tarde”, cuenta.
Una cuadra más atrás, asoman varias ventanas de un complejo de 8 bungalows que se están construyendo. “En altura, para que una posible crecida del río no los dañe y debajo la cochera”, cuenta el dueño del emprendimiento a RADIO MÁXIMA. “Esto en poco tiempo va a ser el 80 por ciento emprendimientos para el turismo, acordate que los vecinos mismos van a vender para aprovechar la oportunidad y los que queden trabajarán en base al turismo”, agrega.
Pedro se suma a la conversación y cuenta que hace 27 años que vive en el barrio. “Esto ha cambiado un cien por cien. Volvieron las familias, las chicas, sabés lo que hace que no se veía caminar chicas de otros barrios por acá? Volvió el mate y las tortas fritas a este lugar. Lo que veías un domingo en el parque ahora lo encontrás acá casi todos los días. Los vendedores de pochoclos, churros y demás, todos trabajan. Hay luz, seguridad, cámaras. Creo que volvemos a la visión de un turismo familiar. Esto es un sueño hecho realidad”, refleja el hombre.
“Hay muchas familias hacia adentro del barrio que están construyendo o refaccionando para alquilar pensando también en el turismo o el valor que ahora adquiere la zona por como se ve”, dice el dueño del complejo en construcción y cuentan que un llamativo cartel en un terreno que “se alquila”, ha sido rellenado y puesto en condiciones por los mismos vecinos, ya que no puede venderse porque está en sucesión. “La idea es que el lugar sea aprovechado para un emprendimiento gastronómico tipo parrilla al paso o carrito o también para cochera o estacionamiento”, cuentan.
La nueva costanera sur tiene movimiento permanente y esto, junto a la iluminación y embellecimiento del lugar, ha motivado a los vecinos a acompañar el crecimiento.