En los bebés y niños más chiquitos es más que difícil asegurarse de que tomen las medidas de prevención de coronavirus (lavado de manos, distanciamiento, etc.). Más allá de la existencia de protocolos, se presentan situaciones de desconcierto sobre qué es lo mejor hacer en este contexto. Pero tras un 2020 donde no tuvieron actividad este ciclo lectivo se inició con la vuelta a la presencialidad de los más chiquitos. “Estamos recibiendo niños de 1 a tres años en los turnos de mañana y tarde, con grupos reducidos, según la superficie de cada sala” contó la docente Liliana Olavarría en Radio Máxima. “El año pasado no trabajamos y luego de presentar un proyecto en Paraná nos autorizaron en diciembre, a volver a la actividad”. “Es estresante, pero entusiasmados, con el protocolo estricto y de responsabilidad que llevamos a cabo” contó. “Los padres son muy responsables hasta con los resfríos, porque si todos colaboramos podremos llevar adelante la actividad. Lamentablemente no pudimos realizar el período de adaptación, porque los padres no pueden ingresar a los jardines”. En cuanto a la conducta que adaptan los niños, la docente expresó que; “Los niños lo toman con mucha naturalidad, y expresan la necesidad de estar en las aulas con sus compañeros. Ellos hablan del virus y saben muchísimo. Hacemos juegos con ellos también para profundizar sobre esta pandemia”. “Ellos juegan en el patio pero naturalizaron la responsabilidad que se debe tener en este tiempo, y son muy cuidadosos. Por suerte nos vacunaron y trabajamos a conciencia”.