Un feligrés de la Catedral responde al comunicado del Sindicato de Comercio

Con desconcierto he leído un comunicado del Sindicato de Empleados de Comercio de Gualeguaychú donde hace referencia al 24 de marzo de 1976, donde menciona que en esa fecha se produjo un golpe cívico militar y “eclesiástico”, culminando dicho comunicado con la frase de “No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos”.

Me cuesta quedarme callado ante tan temeraria calificación, sobre todo por cientos de empleados de comercio de la ciudad que profesan la Fe Católica (de los cuales me siento Hermano por profesar esa misma Fe), a los que nos cabría el mote de “cómplices” según la aseveración de la Comisión Directiva que firma el comunicado, pues sentirnos Iglesia es hacernos cargos de toda su historia, con los pecados de su humanidad y su Gloria por su Divinidad.

Sin ningún tipo de ánimo de polemizar sobre los alcances de las responsabilidades que a cada uno le compete por su acción individual, nada más alejado que la enseñanza de la Iglesia de Cristo que nos cobija a los católicos, pues precisamente, y más en estos tiempos de Cuaresma, es la misma Iglesia quien nos invita a perdonar y reconciliarnos, sin olvidar los hechos, pero que este recuerdo no sea una carga sobre nuestras vidas que nos impida con libertad de conciencia vivir nuestra vida de Fe.

Seguramente cada uno tiene por experiencia personal, o por la formación recibida o por cualquier otro motivo, una opinión de lo ocurrido en esos años trágicos, pero en lo que todos seguramente coincidimos es que no es la lucha armada en ningún caso la solución a los problemas, cosa que los argentinos nos costó en la sangre de todos los que murieron, por el motivo que fuere, durante estos años de horror.

A casi 50 años de esa triste fecha, creo firmemente que la salida que tenemos como país es, más que nada, el perdón y la reconciliación, pues mal entenderíamos el pedido de Jesús de amar al prójimo si no propusiéramos ese camino.

Sergio Dalcol

Feligrés de la Parroquia Catedral San José