“Dios tiene un plan para cada uno”, dice el Padre Juan Pablo

En un emotivo testimonio, el nuevo sacerdote recordó los acontecimientos que definieron su vocación al momento de decidir ingresar al seminario. “Monseñor me dijo algo que me quedó dando vueltas: Si es de Dios, vas a terminar diciéndole que sí”, recordó.

“Mi vida siguió y aparece de nuevo el llamado. Me daban vuelta dos cosas: cómo me iba a mantener económicamente mientras estaba en el seminario y el cuidado de mi papá. Con dos hermanas lo cuidábamos”, recordó.

A los 40 años, la decisión de ingresar al seminario representó un gran desafío para Juan Pablo. “Yo tenía ya 40 años, no era un gurí”, comentó. Sin embargo, describió los ocho años de formación como una experiencia enriquecedora. “Fueron 8 años muy lindos para mí dentro del seminario y aprendí muchas cosas”, destacó. También resaltó el acompañamiento y la paciencia de sus formadores.

En cuanto a la vocación, Juan Pablo manifestó que “En lo vocacional, todos estamos llamados. Para todos, Dios tiene un plan; nos eligió para algo. El tema está en abrir el corazón y ver qué es lo que Dios tiene para mí”, y explicó que, tras el llamado vocacional, inicia un proceso de formación y discernimiento en el seminario. “Los llamados de Él a veces son tan magníficos, que cuando Dios te pide algo, siempre te da la gracia o las herramientas para que lo lleves adelante”, afirmó.

Sobre su nueva misión como sacerdote de la Iglesia, Juan Pablo compartió su lema personal, “en todo, amar y servir”, inspirado en una frase de San Ignacio de Loyola. “Me siento llamado a eso, en todas las cosas que haga, mostrar que hay un Dios que nos ama, que nos quiere y quiere que seamos felices”, remarcó.

El flamante sacerdote oficiará misa esta tarde en la capilla de la Sagrada Familia, frente al hospital, a las 18:30 horas, y en la capilla La Milagrosa, a las 19:30 horas.

Finalmente, dejó un mensaje a la comunidad, y destacó la necesidad de “animarse”, “…y no hablo solo de la vocación al sacerdocio”, dijo el padre Juan Pablo, alentando a cada uno, a seguir sus propios llamados.