Veredas obstruidas: La lucha de los peatones en Gualeguaychú

En Gualeguaychú, un problema creciente está afectando la rutina diaria de los peatones: las veredas cargadas de elementos de construcción. Desde ladrillos y bloques hasta bolsones de arena, herramientas y escombros, estos obstáculos no solo complican el tránsito peatonal, sino que también representan un riesgo para la seguridad de quienes caminan por las calles.

Los espacios destinados a la circulación de personas se han convertido en verdaderas barreras, obligando a los transeúntes a desplazarse por la calzada, donde deben esquivar vehículos y enfrentar el peligro de accidentes. Esta situación es especialmente preocupante para personas mayores, padres con cochecitos de bebés y personas con movilidad reducida, quienes encuentran cada vez más difícil transitar por su propia ciudad.

Las veredas son espacios fundamentales para el tránsito seguro de todos los peatones, especialmente para aquellos que dependen de sillas de ruedas, muletas o cualquier otro tipo de ayuda. Sin embargo, muchas de estas vías peatonales se han convertido en verdaderos obstáculos. 

Este escenario se vuelve aún más crítico para las personas con discapacidad. La falta de rampas adecuadas y espacios despejados limita su autonomía y movilidad. Muchos se ven obligados a transitar por calles peligrosas o a depender del apoyo de familiares o amigos, lo que no solo afecta su calidad de vida, sino que también atenta contra su derecho a la independencia.

La inclusión debe ser una prioridad en cada proyecto urbano. La construcción no debería ser sinónimo de exclusión; al contrario, debería abrir puertas y facilitar el acceso a todos los espacios públicos.

Gualeguaychú tiene la oportunidad de convertirse en un modelo a seguir en materia de accesibilidad e inclusión. Mientras tanto, los peatones continúan enfrentando desafíos significativos en su día a día.