El concejal vecinalista Luis Castillo dijo sobre las impugnaciones a Mauricio Davico que “no me parece atinado opinar sobre cuestiones legales”, aunque agregó que “si lo dejaron jugar y ahora le dicen que no, es poco serio”. “Te habilitamos a jugar el campeonato pero después te quitamos la copa”, ironizó Castillo.
Luis Castillo hizo referencias y explicó su punto de vista sobre la impugnación del candidato a intendente Mauricio Davico.
Lo que el entiende como simple espectador o como un ciudadano, es que es poco serio que lo hayan dejado jugar, que haya ganado, y que luego le hayan sacado la copa.
“La democracia es la capacidad que tenemos de elegir quien queremos que nos gobierne y quien no, y 40 años después que elijan quien sí y quien no puede, no me parece”, afirmó el concejal.
“Creo que en vez de chicanear tantos años, si hubieran hecho otras cosas, hoy quizás podríamos estar mejor”, finalizó Castillo.
“No hay plan b, este es el único plan, es competir y ganar, si esta todo dado para competir”, concluyó el concejal.
"Si no dejan competir a Davico seria una estafa para la gente que fue a votar", analizó.
Por otra parte, explicó su tematica relacionada a su libro recientemente presentado.
“Estamos en un periodo de crisis global mundial que no va a ser gratis para nadie, me parece bien preocuparnos por esto y también por cuestiones micro pero hay otras que se nos escapan”, advirtió Castillo.
“La historia es la historia de la gente, la historia la hacemos lo que estamos acá”, remarcó el médico.
El escritor explicó: “No somos conscientes que somos esclavos de nuestras palabras, las mismas palabras dependiendo el contexto cobran otro significado”.
“El libro trata de un análisis de un lenguaje de una micro sociedad, la micro sociedad que está encerrada, y que genera su propia forma de vincularse. Este lenguaje no está encerrado sino que se escapa, por ejemplo cuando escuchamos cumbia villera. El termino ATR viene de la micro sociedad intramuros y todos lo usan”, explicó y ejemplificó el autor del libro.
“Al ser una cárcel federal hay gente de muchos lados, hasta de otros países, entonces ese “intercambio cultural” enriquecía muchísimo al lenguaje carcelario”, contó Castillo.
“Hay palabras que persisten dos días y otras toda su vida, el lenguaje aparece y desaparece todo el tiempo. Es una cuestión de pertenencia”, concluyó sobre su obra.
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