Atenas perdió con San Lorenzo y se fue al descenso en la Liga Nacional

Tanto jugó con fuego en los últimos años que al final se quemó el imperio griego. Se derrumbó. Aunque suene a imposible, descendió Atenas. El gran Atenas se fue al descenso. Lo que parecía una quimera, finalmente pasó. El club más ganador de la historia perdió su lugar en la elite de la Liga Nacional de Básquetbol en lo que supone un golpe histórico, pero no menos anunciado.

El elenco de barrio General Bustos dio batalla en Córdoba, con el fuerte apoyo que recibió en dos noches inolvidables en el Polideportivo Cerutti colmado, desbordante. Pero finalmente cayó Atenas. Perdió en la casa de San Lorenzo por 73 a 62, y más allá de la entrega final, quedó 2-3 en contra, y bajó a la segunda categoría, la Liga Argentina.

La tercera fue la vencida para el Verde. Había zafado en la temporada 2018/2019, superando a Quilmes de Mar del Plata y en 2020/2021, venciendo a Bahía Básquet. Demasiado tiempo al borde del abismo, y esta vez no pudo esquivar el descenso tras una campaña paupérrima en la que apenas ganó siete partidos y perdió 36.

Aunque doloroso, el final estaba cantado. Atenas había perdido los dos primeros partidos en Buenos Aires, por 99-65 y 90-81, y en Córdoba dio la cara para estirar la definición. Primero se impuso por 73-59 y después lo hizo por 68-65. Pero no hubo milagro final, y el descenso se dio en el Pando.

Un plantel diezmado, porque en el camino y por cuestiones que solo pasan en Atenas, se quedó con tres jugadores menos durante una campaña cuesta arriba, y con muchos juveniles asumiendo una etapa tan decisiva, poco pudo hacer. La responsabilidad era muy grande, demasiado, y el club que fue emblema del deporte de Córdoba, que logró unir a hinchas de Belgrano y de Talleres en una misma tribuna, tendrá que reinventarse y modernizarse si desea regresar rápido a su lugar, al que dominó y conquistó con talento, juego e inteligencia. Si quiere volver a la Liga Nacional, como la historia manda.

El partido fue una batalla disputada con los dientes apretados, como se juegan las finales. Con más corazón que cabeza. Con todas las ganas que afloran en momentos decisivos para defender la camiseta y al equipo, a los compañeros. Los jugadores de los dos planteles, que sufrieron mucho a lo largo de una temporada esquiva, dura, se emplearon a fondo, con sus limitaciones, está claro, pero sin dejar de luchar en ningún momento. Rendirse nunca, entregarse jamás. Aun así, tampoco le alcanzó al equipo conducido por Castiñeira.

El final fue un drama para Atenas. Con los jugadores llorando, lo mismo que los seguidores, familiares y amigos, ubicados a un costado de la cancha. Ni hablar los hinchas, esos 100 “suertudos” que consiguieron una entrada y lo vivieron a lo lejos, en la parte más alta del estadio, detrás de un vidrio, aislados.

Gran parte del partido estuvo atrás en el marcador, cerca, pero atrás. No lo ayudó una muy pobre efectividad en triples (2/18), y se fue al descenso.

FUENTE: LA VOZ DE CÓRDOBA