Marcelo Lanza cuenta que cuando estaban intentando ingresar con el espectáculo a Capital Federal decidieron reunir a Carlitos Balá y a Carlos Villagrán, Kiko por primera vez.
“Se nos dio eso, y tratamos de aprovechar, y ni contarte la repercusión que tuvo. Todos los medios nos hicieron publicidad que no podríamos haber pagado y superamos las ventas. Estamos orgullos de que pudieran representar el circo”.
“Fue algo muy emotivo, porque los dos tenían ganas, se complementaban, salían a comer juntos. Infinidad de medios queriéndolos entrevistar. En ningún momento tuvimos problemas ni exigencias locas que tienen las figuras. Fue una convivencia, fue algo muy lindo y quedo en el recuerdo del circo”.
“Salió todo bien y ellos hicieron que salga todo bien, porque se movieron mucho. Era muy convocativo, generación tras generación los venían siguiendo. La gerente de uno de los bancos con que trabajamos, mucha gente grande. Y ellos les transmitían a sus hijos y eso hizo parte del éxito”.
Marcelo recuerda que Carlitos siempre estaba pegado a su esposa a la que no dejaba ni un minuto. “Su núcleo siempre atento a todo y queriendo colaborar en todo momento”.
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