En septiembre de 1991, al regreso de los paseos del estudiante, Paulina Pérez Fortunato sufrió un accidente en la esquina de 25 de Mayo y Chalup cuando iba arriba de un camión y se enganchó una pierna con un balcón.
Paulina iba a tercer año del Pío XII y regresaba del paseo en el Salto de Méndez junto a cien compañeros. “Cuando llegué al hospital había perdido el 80 por ciento de la sangre”, relató. A partir de ese accidente, se terminó la tradición del regreso en camiones por el centro de la ciudad.
“Marcó muchísimo mi vida personal, pero a lo largo de los años descubrí que no fue solo a mí, nos marco a todos lo que estábamos en ese camión”.
“Hoy lo veo y son fracciones de segundo que te cambian la vida. Yo recuerdo tener la cabeza de una compañera donde yo tenía la pierna y haberla empujado. A tres metros a la redonda había sangre, estaban todos en crisis. Muchos llegaban a la clínica y lo sedaban porque estaban en shock”, relata Paulina.
Recuerda a que una persona del público la ayudó y la bajo, el señor Flores. “Casi me voy en sangre, había perdido cuando llego al hospital el 80% de la sangre. Los que me llevan son personas de la familia. Iba totalmente lúcida, y me recibió Cacho Romani, a la mayoría de los médicos los conocía y la situación era crítica”.
A Paulina no alcanza a agradecer a todas las personas que la han ayudado. Su pierna fue reimplantada, ya que el corte de la pierna por debajo de la rodilla había sido total. “Una vez estabilizada me trasladan para ver si podían implantar la pierna. Logro recuperar la pierna. Tenían que llegar antes de las 72 hs las drogas. Gracias a Dios me cruce con personas maravillosas que ingresaron medicamentos”.
La primera vez, Paulina estuvo internada 73 días, luego volvió en diciembre a rendir libre todas las materias. Y al año siguiente tuvo nuevas intervenciones por perdida de la masa muscular, al siguiente para hacer un alargue porque la pierna había quedado corta.
“Era horrible la autoestima en ese momento, no podía hacer nada de lo que hacían los demás, yo tenía 16 años. A Bariloche fui, porque iba con un tutor colocado, me sentía como un robot, y anímicamente me sentía muy mal. Fue una etapa difícil. Mis amigos me ayudaban y siempre estuve acompañada por mis padres”.
“Fue una etapa complicada, y después viene la parte más difícil que vino la recuperación física y a la vez seguir con la vida”.
Cada 21 de septiembre a Paulina se le remueven muchas cosas en el interior, “porque fue un cambio muy grande, y en un momento de la adolescencia que yo no pude vivir normalmente”.
En la actualidad, Paulina es directora de ventas de la empresa de belleza Mary Key y manifiesta que hoy el accidente es una etapa superada.
Agendá este número
3446 535436
Enviá tus noticias, fotos o videos al número agendado
¡Listo! Tu noticia se enviará a nuestros periodistas
Estamos en Facebook danos un me gusta!