Guillermo Antonio Álvarez, alias "El Cheto", era el jefe de la banda de "los nenes bien". Su padre tuvo el cine Palma y Cinemanía. Porqué es muy conocido en Gualeguaychú el negociador de los presos.
El "Cheto” Guillermo Alvarez, fue uno de los cuatro presos que firmó la tregua con los representantes del Ministerio de Justicia de la Nación y del Servicio Penitenciario para frenar -por el momento- el violento motín que mantuvo en vilo por varias horas a la única cárcel que subsiste en territorio porteño y que se originó con el fin de reclamar que algunos de los reclusos puedan ser trasladados a sus casas y evitar infecciones con coronavirus.
En el verano del 2007, cuando fue trasladado a Gualeguaychú, era tanta la seguridad, que no pocos pensaron que se trataba de Omar Chabán.
Guillermo Alvarez nació el 21 de marzo de 1978. Cumplió 42 años.
Estuvo alojado muchos años en la Unidad Penal número 2 de Gualeguaychú, si bien los aberrantes crímenes de los cuales está acusado, fueron cometidos en Buenos Aires cuando sólo tenía 18 años.
En más de diez años en la cárcel de Gualeguaychú, además de especializarse en artes marciales, estudio Derecho y finalmente se destacó en carpintería y armó un Facebook llamado Don Mario Carpintero, y vendió muchos muebles en la ciudad.
Cuando recuperó su libertad, hace un par de años, volvió a delinquir en Buenos Aires y fue enviado a Devoto.
Es uno de los presos más pesados de la Argentina.
Había sido condenado a 25 años de prisión por la sala Penal de San Isidro.
Su padre tiene 20 cines en todo el país. En Gualeguaychú, fue el propietario de la sala de Cinemanía y también explotó el cine Palma. El llegaba a la ciudad cuando niño, a jugar. No imaginaba que volvería, pero a la cárcel.
Alvarez pasó toda su vida en un amplio y lujoso chalet de dos pisos en Las Heras al 1000, en Acassuso, donde finalmente fue detenido. Se crió en colegios privados.
Era un joven estudioso, cariñoso, vecino colaborador y con una posición económica holgada
A los 15 años dejó de ser el gordito del grado en el colegio San Patricio de Acassuso: gimnasio, atletismo, aparatos y full-contact (mezcla de boxeo con karate).
Pasó de veranear en Punta del Este a cometer más de 15 asaltos y liderar una banda de marginales.
Lo llamaron EL ASESINO CON CARA DE BUEN CHICO
Guardaba los recortes periodísticos de sus crímenes.
Dicen que en las villas reclutaba jóvenes para los asaltos. Iba a Villa 21 de Barracas, Ciudad Oculta y otros barrios cadenciados. En los burdeles de San Isidro conoció a los villeros.
Allí lo llamaban El Concheto.
Empezó en el delito casi como un juego. Robó motos y estéreos. Después robó autos importados y pasó a los cruentos asaltos.
El 27 de julio de 1996, el ingeniero Bernardo Loitegui quiso defender a su hija de un robo. Alvarez fue acusado por el crimen.
Al día siguiente, el 28 de julio de 1996, Alvarez estuvo en el pub Company, en el barrio de Belgrano, donde fueron asesinados Andrea Carballido, de 19 años y el subinspector de la Policía Federal Fernando Aguirre.
Con un Mercedes Benz robado en San Isidro la banda llegó a la esquina de Figueroa Alcorta y Tagle y asaltó el restaurante Alkorta, donde se apoderaron de la recaudación y de la pistola Browning 9 mm que pertenecía al custodio del presidente de una petrolera.
Al día siguiente, Alvarez, Reinoso y El Mendo, que se les había agregado, irrumpieron en el pub Company. El policía Aguirre los enfrentó y durante el tiroteo hirió de gravedad a Reinoso.
Al ver a su amigo en el piso, Alvarez enloqueció y le disparó tres tiros al subinspector. Preso de furia, también baleó a la joven Carballido.
Las fotos de estos policías estaban colgadas en el dormitorio de Alvarez cuando los investigadores allanaron su casa.
En el bar Camerún, otro policía quedó parapléjico.
Dicen que, ya detenido, un interno le disputó el liderazgo y él lo mató. El juez de instrucción Daniel Turano lo acusó por la muerte del interno Elvio Aranda en el pabellón destinado a los menores de 21 años, en la Unidad 16, la vieja cárcel de Caseros.
El 14 de abril del 2000 Guillermo "El Concheto" Alvarez fue golpeado y cortado por guardiacárceles del Servicio Penitenciario Federal, porque había denunciado la complicidad de efectivos con internos para cometer asaltos y robos. Doce penitenciarios en Buenos Aires terminaron presos. Un juez decidió que Alvarez se fuera de allí.
Algunos creen que, cuando recupere la libertad, será un líder del delito en la Argentina. El asegura que se reinsertará en la vida social.
Culto, rico, cerebral y frío para matar. Algunos lo llaman EL NUEVO ROBLEDO PUCH
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