Un técnico uruguayo que en 2003 recomendó instalar la pastera en Fray Bentos y no en Paso de los Toros y que en 2005 adulteró los resultados sobre la presencia de fósforo en el río Uruguay, ahora analiza el Estudio de Impacto Ambiental de UPM2
Desde septiembre del año pasado, la Dirección Nacional de Medio Ambiente uruguaya (DINAMA), tiene a su cargo el análisis y la revisión del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) referido al proyecto de instalación de la segunda planta de pasta de celulosa conocido como UPM2, que la corporación finlandesa planifica instalar sobre el río Negro, en cercanías de la localidad de Pueblo Centenario, Departamento de Durazno.
Desde entonces y hasta febrero de este año, los técnicos de la DINAMA han presentado un total de catorce documentos con casi cien objeciones al trabajo de Impacto presentado por Botnia, las que ponen en serias dudas la viabilidad técnica y ambiental de dicho proyecto. A esto se le suma la creciente oposición que se ha generado, en gran parte de la sociedad uruguaya, a las obras complementarias exigidas por la corporación nórdica para la concreción de la futura pastera, en particular la realización del denominado Ferrocarril Central para la circulación de tres de carga para transportar la celulosa terminada desde Paso de los Toros hasta el puerto de Montevideo.
Todos estos contratiempos no significan que la inversión que impulsa intensamente el gobierno del presidente uruguayo Tabaré Vázquez vaya a ser rechazada. Muy por el contrario, más allá de lo que puedan opinar los afectados por las obras y muy por encima de las graves consecuencias ambientales que se derivarán de la instalación de futura la mega pastera, el proyecto se concretará sí o sí.
Sin embargo, lo que se desprende de gran parte de las objeciones presentadas por la DINAMA, es que cada vez pareciera haber más evidencia para sus técnicos que el lugar ideal de localización final de la planta no debiera ser el río Negro.
Es muy llamativo, por ejemplo que el informe sobre la calidad de agua que presentó Botnia no solo haya sido cuestionado sino que también fuera rechazado por el máximo organismo ambiental uruguayo, quien ahora está a la espera de que los finlandeses respondan a un segundo pliego de objeciones sobre un tema que es clave para la obtención de la autorización ambiental.
¿La DINAMA estaría preparando el terreno para que Botnia finalmente opte llevar su inversión a Fray Bentos, la segunda localización prevista para la nueva pastera?
Si se tiene en cuenta al técnico que está al frente del equipo que debe decidirlo en la DINAMA, y cómo ha venido actuando desde 2005 tanto en dicho organismo como en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), todo hace suponer que sí. Pero además hay un antecedente muy importante: quien ahora tiene la responsabilidad de autorizar el Estudio de Impacto Ambiental de UPM2 en Paso de los Toros a orillas del río Negro, desechó precisamente esa misma localización que Botnia había presentado en 2003 para su primera pastera por “la insuficiente corriente de agua” de dicho curso de agua, incapaz de diluir los efluentes la planta y recomendó que fuera ubicada en Fray Bentos, tal como luego sucedió.
Regresemos a mediados de década de los años 90. Eugenio Lorenzo Fernández se recibió de Ingeniero Hidráulico en la Universidad de la República de Montevideo en 1994. Poco tiempo después, en 1995, su mentor e Intendente de Montevideo, Mariano Arana, lo nombró en la Municipalidad capitalina. Esto no sería impedimento para que el joven ingeniero, con seis años de antigüedad como funcionario municipal montevideano, lograra un posgrado por el Royal Institute of Technology de Estocolmo. (1)
Arana gobernó Montevideo durante diez años. Durante su segundo período al frente de la Intendencia, se produjo un grave caso de corrupción que casi termina muy mal para el fundador y líder de la “Corriente Artiguista” del Frente Amplio. El protector del ingeniero Lorenzo, sería investigado junto a su secretaria María Julia Muñoz y al Director de Promoción Económica Alberto Roselli, por fraude, concusión y abuso de funciones. Se sospechaba que Arana había facilitado varios delitos de corrupción cometidos por su entonces Director de Casinos, Juan Carlos Bengoa entre 2000 y 2005. (2)
El veterano Arana dejó la Intendencia de Montevideo el 1° de marzo de 1995, para asumir ese mismo día como Ministro de Vivienda y Medio Ambiente del primer gobierno de Tabaré Vázquez, en el cénit del conflicto desatado con nuestro país por la instalación en Fray Bentos de las pasteras de ENCE y Botnia, aunque finalmente solo se concretaría el proyecto finlandés. Pero el ingeniero Lorenzo, al igual que su protector -el arquitecto y empresario devenido en ministro-, no se quedaría sin trabajo.
Lorenzo, a instancias de Arana, ingresó a trabajar como técnico en la DINAMA. Pero pocos meses más tarde, pegó un importante salto en su carrera. El presidente Vázquez, a propuesta de Arana, designó a Lorenzo como Vocal de la Delegación Uruguaya ante la CARU. Más tarde, ya cuando Argentina había denunciado al Estado Uruguayo ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, Lorenzo se integraría la Delegación Uruguaya ante dicho Tribunal, en contra de la postura argentina. Pero conformación de aquella Delegación Uruguaya ante la CARU fue conflictiva.
Históricamente en la nómina de representantes orientales ante la CARU siempre hubo militares. De hecho, actualmente la preside uno, el capitán de navío jubilado Gastón Silberman. Pero lo ocurrido en la Comisión Binacional, a partir de 2005, se convirtió en un escándalo diplomático.
El 14 de julio de aquel año, el presidente Vázquez y su ministro Arana designaron a los nuevos cinco miembros de la Delegación Uruguaya ante la CARU. La presidía Martha Elvira Petrucelli, y los delegados eran –además del ubicuo Lorenzo-, el arquitecto Rubén Sano; el biólogo Alfredo Pereira, y el capitán de navío retirado Ernesto Serrón.
El “gordo” Serrón, como se lo conocía, estaba acusado de violación a los derechos humanos durante la dictadura militar que asoló su país. Durante el régimen represivo uruguayo, el joven prefecto fue jefe del Departamento 1 de la Prefectura Uruguaya, encargado de las tareas de inteligencia, vigilancia y detención ilegal de militantes y de obtener información a través de torturas.
En el libro “Los crímenes del Río de la Plata” del también marino uruguayo, Daniel Rey Piuma, se describe a Serrón como “un militar especialista en métodos de inteligencia e interrogatorios, que estuvo infiltrado en la Facultad de Ingeniería” en el vecino país. También Rey Piuma caratuló al capitán de navío como “un torturador nato” y apunta que los problemas de salud del represor obedecían a que “ha sufrido problemas cardíacos en sesiones de torturas porque se enloquece aplicándolas”. (3)
Durante el conflicto del corte de la Ruta Internacional 136, Serrón era el encargado en Montevideo de “reunir la información” de los agentes de inteligencia acantonados en el Puente Internacional y que ingresaban a territorio argentino para infiltrarse en el corte de Arroyo Verde, con la siempre sospechada ayuda de la Prefectura argentina. “El gordo”, reportaba directamente al entonces Vicepresidente y actual Canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa.
Entre los varios espías uruguayos que en aquellos años supieron operar en Arroyo Verde y en Gualeguaychú, estaban Darío Estades, actual Cónsul uruguayo en nuestra ciudad y Daniel Dimasi, un individuo que operaba camuflado desde las oficinas de la CARU en el Puente Internacional General San Martín. Dimasi, que reportaba al marino Serrón, había ingresado a la CARU merced a los buenos oficios de su íntimo amigo Enrique Valentín Iglesias, ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entre 1988 y 2005. Hay que recordar que en aquella época, el puerto de M’bopicua (hoy propiedad de UPM), se financió con un crédito del BID, del que el Estado uruguayo fue garante.
Como espía desde el Puente Internacional, Dimasi fue muy obvio, al punto de alternar sus informes sobre los ambientalistas argentinos con artículos favorables a Botnia que publicaba en una revista uruguaya. Después de ser eyectado de la Comisión Binacional, Dimasi se dedicó a la actividad del transporte y actualmente tiene una flota de camiones que acarrea troncos de madera para Botnia.
En 2005, cuando estalló el escándalo por la designación de Serrón, el ingeniero Lorenzo ni se inmutó. Un año más tarde, y debido la manifiesta protesta del entonces canciller argentino Rafael Bielsa por la presencia del represor y torturador militar en la CARU, recién el 4 de agosto de 2006, Tabaré Vázquez “agradeció los importantes servicios prestados” en el organismo binacional por el verdugo Serrón y lo reemplazó por Francisco Caamaño. (4)
Lorenzo entre tanto, seguía incólume y atendía en diferentes ventanillas al mismo tiempo. El 5 mayo de 2005, los presidentes Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez acordaron constituir el Grupo de Trabajo de Alto Nivel (GTAN) y el ingeniero, como integrante del mismo –en representación de la Delegación Uruguaya ante la CARU y la DINAMA simultáneamente- se opuso férreamente al cuestionamiento argentino sobre la localización de las plantas de celulosa de Botnia y ENCE a orillas del río Uruguay.
Se ocupó de diseñar los modelos del efluente aéreo y liquido de Botnia y aprobó, por parte de la DINAMA, el del efluente liquido de la pastera. En ese 2005, la Delegación argentina ante la CARU rechazó los informes de calidad de agua con respecto al fósforo cuando se comprobó que Lorenzo los había adulterado. Luego fue uno de los redactores del documento final sobre la postura uruguaya, que se dio a conocer el 31 de enero de 2006, tras el fracaso de las negociaciones. (5)
El 1° de noviembre de 2007, el ministro de Vivienda y Medio Ambiente uruguayo Arana, en base a dictámenes y evaluaciones del ingeniero Lorenzo, autorizó la puesta en funcionamiento de la planta de celulosa de Botnia, pero tres horas después la orden fue suspendida por el presidente Vázquez, a pedido del rey Juan Carlos, quien se ofreció a mediar.
El 8 de noviembre, en el marco de la XVIII Cumbre Iberoamericana que se celebraba en Santiago de Chile, Juan Carlos de Borbón mantuvo varios encuentros con Kirchner y Vázquez con el fin de alcanzar un acuerdo, pero todo fue un fracaso. Vázquez exigía a Kirchner que ordenara el levantamiento inmediato del corte en la Ruta Internacional 136, mientras que desde fuentes oficiales del gobierno uruguayo circuló la versión de que un informe del mismísimo Lorenzo convenció al entonces monarca español de tomar partido por la postura de Uruguay en la controversia.
Esa noche del 8 de noviembre de 2007, el presidente Vázquez ordenó a su ministro Arana que reactivara la autorización de puesta en funcionamiento de la planta de Botnia. Kirchner increpó a Vázquez con aquella conocida frase: «Le diste una puñalada al pueblo argentino». Al día siguiente la planta de Fray Bentos comenzó a operar. (6)
Lorenzo se sumaría, más tarde, a la Delegación uruguaya que defendió la postura de su país ante la demanda presentada por Argentina ente la Corte Internacional de Justicia de La Haya. El 20 de abril de 2010, cuando dieron a conocer su decisión, los Magistrados detallaron que cuando Botnia presentó su Estudio de Impacto Ambiental en 2003, había propuesto cuatro posibles ubicaciones para su pastera: La Paloma, Paso de los Toros, Nueva Palmira y Fray Bentos, en ese orden de prioridades.
Precisamente había sido Lorenzo quien había vetado las tres primeras localizaciones para la primera pastera finlandesa en Uruguay. Y así lo reflejó la Corte Internacional: “Las evaluaciones concluyeron que la limitada cantidad de agua en La Paloma (…) la tornaba inadecuada (…) y para Paso de los Toros la insuficiente corriente de agua (…) condujo a su exclusión (…)”. Y agregó: “cualquier decisión sobre la ubicación (…) debe tener en cuenta la capacidad del río para recibir, diluir y dispersar descargas del efluente de una planta de esta naturaleza y escala”. (7)
Para el momento del Fallo de La Haya, Lorenzo ya era, nada más y nada menos, que el Presidente de la CARU, cargo que desempeñaría hasta el 27 de agosto de ese mismo año. Al dejar dicho cargo comenzó a intervenir de las negociaciones con Argentina sobre el monitoreo conjunto del río Uruguay. (8)
El 28 de julio de 2010, los entonces presidentes Cristina Fernández y José Mujica, suscribieron el Acuerdo de Olivos por el que se creó en el seno de la CARU el denominado Comité Científico, un grupo de cuatro especialistas (dos uruguayos y dos argentinos), encargados de llevar adelante el monitoreo a la planta de celulosa de Botnia en Fray Bentos y, además, de la desembocadura del río Gualeguaychú.
El 30 de agosto de ese mismo año, los entonces cancilleres Héctor Timerman y Luís Almagro firmaron las Cartas Reversales, que dejaban establecido el citado Comité Científico, cuya primera composición fue la siguiente: el ingeniero Guillermo Esteban Lyons y el oceanógrafo Juan Carlos Colombo por Argentina y el doctor en Química Alberto Nieto y el omnipresente ingeniero Lorenzo por Uruguay. (9)
Sin embargo, Lorenzo no era un extraño en la planta fraybentina de Botnia. Desde que la pastera había comenzado a funcionar en 2007, la DINAMA ingresaba mensualmente a la planta de Fray Bentos y Lorenzo, en su función de técnico de dicho organismo, era uno de los que comenzó a monitorear el funcionamiento de la fábrica de pasta de celulosa.
Es decir, que Lorenzo entraba y salía de la plata “Orión” desde mucho antes que comenzara a hacerlo el Comité Científico, tal como admitió en una entrevista que concedió a Radio El Espectador el 31 de agosto de 2010. Cuando el periodista Emiliano Cotelo le preguntó sobre la presencia de la DINAMA en Botnia, Lorenzo dijo: “Sí, naturalmente, como ingresa a cualquier otro establecimiento industrial que tiene dentro de su órbita de competencia”. En esa ocasión, adelantó cuál iba a ser su real papel en el Comité Científico: “Deberemos saber cuáles son los aportes que se tienen de ambas márgenes sobre el río (Uruguay); en este caso el río Gualeguaychú es un afluente significativo que drena una superficie importante con usos agrícolas, y también es receptor, entre otras cosas, de las descargas de la ciudad de Gualeguaychú y del Parque Industrial de Gualeguaychú, (…) el foco (…) son los aportes que el río Gualeguaychú hace al río Uruguay y si esos aportes resultan significativos en cuanto a un potencial deterioro de la calidad de las aguas del río para tomar acciones sobre ellas”.
En otro momento de la entrevista, cuando le preguntan a Lorenzo cual es el verdadero papel del Comité Científico y en qué se diferencia su trabajo al de la DINAMA, organismo que ya monitoreaba la planta de Botnia desde tres años antes, Lorenzo respondió que "El Comité Científico va a acompañar a la DINAMA, va a tener acceso a las muestras que se tomen (…) el Comité tiene absoluta autonomía de lo que haga la DINAMA en el caso de Uruguay, y en el caso argentino de la autoridad de aplicación que sea del caso”.
Es decir, Lorenzo admitió que el Comité Científico de la CARU no decide absolutamente nada, una vez que ingresa a la planta de Botnia. Solo “acompaña” y no puede decidir de qué lugar se toman muestras ya que solamente “va a tener acceso a las muestras que se tomen”. Todo lo hace y deshace la DINAMA, es decir Lorenzo, en su doble accionar de representante de la DINAMA y la CARU ante Botnia. El Comité Científico solamente es una comparsa del simulacro que tiene lugar mensualmente y siempre con previo aviso, en la planta "Orión". (10)
El 1° de marzo de 2011, los cuatro integrantes del Comité Científico de la CARU ingresaron a la planta de Botnia para llevar a cabo la primera parodia de monitoreo en la pastera de Fray Bentos. Dos años después, en 2013, el informe de los técnicos uruguayos del Comité Científico de la CARU Lorenzo y Gustavo Seoane (reemplazante de Nieto), ratificó que durante los primeros 27 ingresos a la pastera se confirmó que “los efluentes de UPM habían cumplido los estándares ambientales requeridos con la única excepción de la descarga de la pileta de pluviales número 4 en noviembre de 2001. En esa oportunidad el valor de pH superó el máximo permitido”. En cuanto a la desembocadura del río Gualeguaychú, Lorenzo indicó que "cerca de un sexto de aquellos (parámetros) para los que se dispone de estándar a cumplir presentaron en alguna ocasión valores superiores al estándar. La superación del estándar se produce con alta frecuencia en el caso del aluminio, el berilio, el hierro y el nitrógeno amoniacal”. (11)
Precisamente, cuando en 2016 la entonces canciller argentina Susana Malcorra recibió de manos de Mauro Vazón, actual titular de la CARU, los informes correspondientes a los monitoreos realizados entre junio de 2011 y julio de 2015, el diario Clarín se inspiró en la pluma de Lorenzo: “El contraste con las muestras de agua en la desembocadura del río Gualeguaychú es elocuente. Allí, donde llegan los efluentes vertidos en la ciudad de Gualeguaychú, se encontraron irregularidades en todas las ocasiones en que se emprendieron análisis. Por ejemplo, en los 50 estudios se detectaron presencias de hierro en el agua mayores a las permitidas por la normativa argentina”. (12)
Volvamos al presente. El 9 de julio de 2018 la Consultora Cuecar S.A. presentó ante la Dirección Nacional de Medio Ambiente del Uruguay (DINAMA), el preceptivo informe de Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto de instalación de la nueva planta de celulosa que UPM (ex Botnia) proyecta instalar a orillas del río Negro en proximidades de la localidad de Pueblo Centenario, en el Departamento de Durazno.
El 26 de julio último, éste primer documento fue rechazado con la firma del Director de la División Emprendimientos de Alta Complejidad de la DINAMA, el ingeniero Eugenio Lorenzo y las técnicas de dicha dependencia, Cecilia Maroñas y Victoria Laporte. Señalaron que el EIA que la empresa había presentado sobre el posible impacto ambiental tenía “desajustes” en “prácticamente la totalidad de la documentación”, con “insuficiencia de información y análisis” y que documento elevado por la Consultora Cuecar sobre UPM2 no permitía “una total comprensión del proyecto y evaluación de los impactos”.
UPM presentó una nueva versión corregida del Estudio de Impacto Ambiental el 3 de setiembre pasado, que está integrado por una presentación inicial de 161 páginas donde se describe el proyecto, el Estudio de Impacto Ambiental propiamente dicho que abarca dos tomos, de 224 y 308 páginas cada uno con sus respectivos anexos, lo que hacen más de 900 páginas en total. A esto hay que agregarle unos informes adicionales hasta completar unas 1700 páginas.
De inmediato, la División Emprendimientos de Alta Complejidad de la DINAMA, con Lorenzo a la cabeza se puso a trabajar. Además de las mencionadas Laporte y Maroñas, también están afectados actualmente al análisis de la presentación de UPM2 los técnicos Pablo Rocca - un antiguo funcionario del organismo uruguayo-, Arturo Castagnino y Sofía Sanguinetti. Los seis son los encargados de analizar, revisar, comprobar, objetar y, eventualmente recomendar al Director Nacional de la DINAMA, Alejandro Nario Carvalho, la aprobación o el rechazo del EIA presentado por la corporación finlandesa.
El 22 de octubre pasado, los técnicos de la DINAMA, emitieron el primero de los 14 documentos con objeciones al Estudio de Impacto referido a la segunda mega pastera finlandesa. El último de ellos tiene fecha 4 de febrero de este año y aun no fue respondido por la responsable del Estudio, la Consultora Cuecar. La mayor parte de estos documentos llevan la firma de Lorenzo y las técnicas Laporte y Maroñas.
El ingeniero Lorenzo –que conoce como la palma de su mano cada rincón de la planta de Fray Bentos- viene muy seguido a monitorear la zona de Gualeguaychú, ciudad que considera como el factor más contaminante del río Uruguay. Y continúa entrando a la planta “Orión”, como lo viene haciendo desde el año 2007. De hecho, el martes 19 de febrero de este año, Lorenzo estuvo presente mientras se llevó a cabo el ingreso mensual a la pastera fraybentina.
Algunas versiones dan cuenta que los actuales integrantes argentinos del Comité Científico, han puesto de manifiesto internamente y de forma reservada, su malestar por la permanente actitud de Lorenzo a oponerse e impedir la normal actividad de los funcionarios de nuestro país, cada vez que ingresan a la planta de Botnia.
Nunca se sabe cuándo el ingeniero Lorenzo trabaja para CARU o para la DINAMA. Ahora este funcionario uruguayo que viene siendo omnipresente desde 2005, aparece en el organismo ambiental uruguayo analizando el Estudio de Impacto Ambiental de UPM2.
Pero lo que sí se sabe es que Lorenzo cree firmemente que este proyecto no es viable de llevar a cabo sobre el río Negro, como tampoco lo fue para él en 2003 en ocasión de decidir donde se construiría la primera pastera de Botnia. ¿Qué circunstancias cambiaron en el río Negro desde 2003 a la fecha para que ese curso de agua sea capaz de diluir los efluentes de una planta que fue proyectada para producir el doble que la de Fray Bentos? ¿Lorenzo cree que las condiciones del río Negro son mejores que las que presentaba en 2003 para permitir la instalación de UPM2?
No es descabellado pensar que Lorenzo considera que ahora –como antes en 2003- también Botnia debería optar por Fray Bentos para ubicar su nuevo emprendimiento, el ya conocido “plan B”, según consta en el documento de Viabilidad Ambiental de Localización ya aprobado por el titular la DINAMA Alejandro Nario. (13).
Es muy probable que por este motivo Lorenzo viene haciendo su jugada soterradamente, objetando prácticamente todo el Estudio de Impacto Ambiental de UPM2, en particular en lo que hace lo referente a la calidad de agua, un tema clave para que se pueda aprobar o no el proyecto. Cuando se plantea la hipótesis del riesgo de aumento de contaminación si UPM2 terminara instalada a orillas del río Uruguay, Lorenzo tiene su argumento planteado desde 2015: Botnia no contamina el río Uruguay, sino que la madre de toda la contaminación es Gualeguaychú. Game over. (14)
NOTAS
(1) Mariano Arana fue dos veces Senador (períodos 1990-2004 y 2008-2010). Desde 2015 es Edil Departamental de la Intendencia de Montevideo y es miembro, entre otras, de la Comisión de Medio Ambiente.
(2) El 30 de agosto de 2011 el Fiscal Diego Pérez solicitó el procesamiento con prisión para Mariano Arana. La petición fue desestimada en noviembre del mismo año por la Jueza Fanny Canessa que consideró que no había elementos suficientes que sustentasen la imputación. El 8 de mayo de 2012 Canessa condenó al ex Director de Casinos de Montevideo Juan Carlos Bengoa a 4 años y medio de cárcel, lo inhabilitó para ocupar cargos públicos y le aplicó una multa. «Pozo vacante». La Diaria. Montevideo, 25-11-2011. “Bengoa condenado a 4 años y medio de prisión”. El País, Montevideo, 9-5-2012.
(3) «Preocupante: Uruguay designó como delegado en la CARU a un militar acusado de violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura». Análisis Digital. Paraná, 1°-8-2005
(4) Portal La Red 21.Montevideo. http://www.lr21.com.uy/politica/220683-cambio-en-la-caru
(5) Página Oficial de la Presidencia de la ROU:
(6) Agencia de Noticias Télam, Buenos Aires:
Radio El Espectador, Montevideo:
https://web.archive.org/web/20071110192224/http://www.espectador.com/nota.php?idNota=108773
(7) Fallo de la Corte Internacional de Justicia. La Haya, 20-10-2010, puntos 210-211. http://www.cncs.com.uy/sentencia-de-la-haya-plantas-de-celulosa-sobre-el-rio-uruguay/
(8) Universidad Nacional de la República (UDELAR). Montevideo, 27-8-2010
(9) http://www.caru.org.uy/web/comunicados_prensa/30_AGOSTO_2010.pdf
(10) Radio El Espectador. Entrevista de Emiliano Cotelo a Eugenio Lorenzo. Montevideo, 31-8-2010
(11) Diarios El Observador y El País, Montevideo, 11 y 17-10-2013 respectivamente.
(12) “Un informe oficial determinó que contamina más Gualeguaychú que la planta de Botnia”, por Natasha Niebieskikwiat. Clarín, 2-11-2016 https://www.clarin.com/politica/informe-determino-contamina-gualeguaychu-botnia_0_S1KMdJdxl.html
(13) Certificado de Clasificación de la DINAMA para UPM2 del 13-3-2018. Certificado-de-Clasificación_Planta-de-Celulosa-Paso-de-los-Toros.pdf
(14) Frase en ingles que significa “Juego terminado”.
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