La miel tiene muchísimos beneficios para la salud. Es antiséptica, edulcorante, tonificante, calmante, laxante y diurética. Además, tiene propiedades curativas y es un excelente energizante. Es el producto más natural y saludable que se obtiene a partir de las abejas.
Sin embargo, existe una gran variedad de miel de abejas disponible en el mercado, que ha sido procesada y sometida a muchas modificaciones. Esos productos a base de miel contienen sustancias químicas para bajar el precio, por lo que hay que estar atentos si lo que queremos consumir es una miel verdaderamente pura.
De acuerdo con un estudio llevado a cabo por seguridad alimentaria, el 76% de toda la miel disponible en el mercado ha sido sometida a un proceso llamado ultrafiltración.
Cuando estés frente a una estantería del supermercado repleta de frascos de mieles de distintas marcas y no sepas cuál escoger, la pregunta que deberías hacerte es sobre la calidad intrínseca del producto antes que sobre la vistosidad del embalaje, la uniformidad del color o el precio. Desgraciadamente la diferencia entre una miel artesanal pura y otra industrial es abismal, y no solo por el precio o el aspecto.
La miel pura es el producto de las abejas sin purificar, ni calentar, y sin añadir nada. Recolectada de la colmena y envasada, sin ningún otro proceso que la altere de algún modo. Esta miel pura puede proceder de distintas flores, aunque algunos apicultores deciden proporcionar azúcar a las abejas en sustitución de éstas.
30 gramos de miel pura contiene aproximadamente 20 tipos de vitaminas, 18 tipos de aminoácidos, 16 minerales, y una importante cantidad de antioxidantes y fitonutrientes. La miel pura es una sustancia antibacteriana, antiviral y antifúngica de primer orden, así como un producto altamente nutritivo.
La miel pasteurizada se calienta a 65-80 grados celsius y esta temperatura destruye algunos de estos micronutrientes, convirtiendo a la miel refinada en un producto no apto para usos terapéuticos. Cambia su textura, su color, su sabor, adquiriendo un sabor a cocido a causa de la caramelización.
1. La miel pura se cristaliza con el tiempo
Si la miel que compras no se cristaliza cuando la mantienes en la nevera, posiblemente, no es una miel pura.
2. Contraste de color
Mezcla unas gotas de yodo en un vaso de agua y luego añade un poco de miel en ella. Si el color de la miel se convierte en azul, entonces está mezclada con almidón de maíz.
3. Prueba de calor
Quema un poco de miel con un fósforo y mira si se enciende. La miel pura se enciende bajo esta condición.
4. Observar la espuma
Mezcla unas gotas de vinagre en un vaso de agua y luego, añade un poco de miel en ella. Si ves que sale espuma, significa que la miel ha sido adulterada con yeso.
5. Disolverla en agua
Añade una cucharada de miel en un vaso de agua. Si la miel se disuelve en agua, significa que es una miel falsa o de mala calidad. La miel pura no se disuelve en agua.
6. Leer atentamente la etiqueta
Si lees que la miel contiene jarabe de maíz con fructuosa o glucosa comercial, no la compres.
Nunca le des miel a un niño muy pequeño, porque podría contener esporas de botulismo (que por lo general es inocuo para los adultos), lo cual podría perjudicarlo gravemente.
Siempre debes ser cuidadoso a la hora de manipular fuego y cera caliente.
(Fuente: La Bioguia)
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