El arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puíggari, se comunicó con el gobernador Gustavo Bordet para expresarle su "malestar y preocupación" por la causa en contra del convento de las Carmelitas Descalzas de Nogoyá y la forma en que se instrumentó el allanamiento y el proceder policial.
“Las trataron como delincuentes”, le dijo, afirmó que existía cierta “animosidad” de la justicia y le apuntó directamente al fiscal Federico Uriburu, según pudo saber ANALISIS DIGITAL. En igual sentido, también hubo una comunicación con la Procuraduría General del Superior Tribunal de Justicia.
La apertura de una causa judicial para investigar los excesos y la privación ilegítima de la libertad de las ex carmelitas descalzas de Nogoyá motivó una rápida reacción desde la Iglesia. Si bien el arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puíggari había expresado en los medios su “preocupación” por el allanamiento realizado al convento de Nogoyá, se desconocía que otros movimientos hubo tras la publicación de ANALISIS.
De acuerdo a lo que pudo confirmar este sitio, en las primeras horas de la mañana del jueves, el propio Puíggari se comunicó con la Procuraduría General del Superior Tribunal de Justicia de esta provincia y se manifestó indignado por la apertura de la causa, pero más aún por la forma en que se hizo el allanamiento a la sede religiosa de clausura. Puíggari fue atendido telefónicamente por la procuradora adjunta, Cecilia Goyeneche (ya que el procurador general Jorge García se encontraba ausente, cumpliendo actividades oficiales) y fue a ella quien le transmitió su “preocupación” y “malestar”, tal como consignó luego ante los medios periodísticos.
En tanto, pudo saberse que ese mismo jueves, cerca de las 11, Puíggari se comunicó telefónicamente con el gobernador Gustavo Bordet, quien se encontraba en Capital Federal. Hubo varios llamados con antelación, pero el mandatario entrerriano se encontraba participando de audiencias oficiales y no lo pudo atender. En el diálogo con el gobernador le expresó su “malestar y preocupación” por la causa en contra del convento de las Carmelitas Descalzas de Nogoyá y la forma en que se instrumentó el allanamiento y el proceder policial. “Las trataron como delincuentes”, le dijo, afirmó que existía cierta “animosidad” de la justicia y le apuntó directamente al fiscal Federico Uriburu, según pudo saber ANALISIS DIGITAL.
También le indicó que esa misma “preocupación” existía en la Nunciatura Apostólica Argentina, que lidera desde 2012 el obispo Emil Paul Tscherrig, nacido en Suiza. De hecho, en la conferencia de prensa que dio el arzobispo, monseñor Puiggari advirtió que existía “preocupación” en la Nunciatura Apostólica y la Conferencia Episcopal Argentina tras el allanamiento “desproporcionado” que se realizó en el convento de las Carmelitas Descalzas. Insistió en que el procedimiento debió ser “distinto” y haber informado primero al nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig, dado que el monasterio depende directamente de la Santa Sede. Según un vocero oficial, en diálogo con esta web, Bordet habló al respecto con el fiscal de Estado, Julio Rodríguez Signes y hubo luego una comunicación sobre el tema con el procurador Jorge García.
Bordet recibió además un llamado a su celular del secretario de Culto de la Nación, Santiago de Estrada, para interiorizarse del caso de Nogoyá, por si lo llamaban del Vaticano.
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