Testimonio en primera persona: El difí­cil momento que atraviesan los árbitros de básquet

Son uno de los sectores más golpeados por los efectos que deja la pandemia. Hace más de cinco meses que no pueden realizar ese laburo y para muchos era su única o principal fuente de ingreso.

Ezequiel Macías es un árbitro de larga trayectoria que dirige Liga Entrerriana, Torneo Federal y Liga Argentina,  y que por esta inactividad tuvo que reinventarse para generar ingresos y sustentar a su familia.

En tiempos sin pandemia,  Macías alternaba su labor de árbitro con la de profesor de educación  física, pero la falta del básquet hizo que deba rebuscársela en otro rubro.

“Es ínfimo el sueldo de un docente en comparación a lo que puede ganar un árbitro de elite, pero me tuve que adaptar y buscar otras alternativas. Hago y vendo salames y además comercializó bandejas sanitizantes. Así estamos la gran mayoría de los árbitros, que de un día para otro dejamos de percibir nuestro salario habitual”, contó.

La irrupción de este virus y por consecuente la suspensión  de la temporada se dio en una parte del calendario deportivo donde había una seguidilla de partidos, muy provechosa para aquellos  que imparten justicia y no tienen hinchada.

“Yo tenía una gira en el sur de tres partidos por Liga Argentina,  con los pasajes sacados y me quedé sin los juegos. Ahora nos toca pelearla, remarla e intentar vivir una situación que nadie imaginaba”, expresó.

Trazando un paralelismo con sus colegas del fútbol, que cuentan con otra profesión, Macías remarcó que es difícil combinar el básquet con otro oficio. “El réferi de fútbol arbitra sábado y domingo, mientras que el de básquet lo hace  lunes, miércoles, sábado, domingo y  algunas veces les toca una gira y son siete u ocho días  que está fuera de su casa”, indicó.

Y agregó: “El árbitro de básquet cobra por partidos y si  se lesiona no percibe más su salario. Mientras que al de fútbol  le pagan el equivalente a cuatro partidos por mes y si  supera  esa cantidad  les pagan aparte los encuentros que arbitran de más. Pero sino ellos tienen fijos el arancel de cuatro partidos,  nosotros no”.

En cuanto al sindicato que nuclea a los jueces y comisionados técnicos de básquet (SArCoTeBa), Ezequiel explicó: "Hace un año tiene personería jurídica el sindicato. El secretario general, Cristian Díaz, está trabajando con las autoridades de la Asociación de Clubes y de la CABB, pero hasta ahora no le han dado soluciones a los árbitros, que necesitan plata”.

Y añadió: “Cuando recién surgió la pandemia apareció un aporte de la Asociación Argentina de Árbitros. Algunos colegas lo aceptaron y otros no, porque esa plata después hay que devolverla con partidos arbitrados. Además se nos descuenta un 10% de cada encuentro dirigido, 5% van a los sindicatos y otros 5% para las capacitaciones obligatorias que tenemos que realizar durante el año”.

Pero aclaró que en este contexto de pandemia el porcentaje de la Asociación fue de vuelto porque hay muchachos que “le están pasando realmente mal”.

Antes del surgimiento de SArCoTeBa (Sindicato de Árbitros y Comisionados Técnicos de Básquetbol), los jueces de la naranja habían firmado un convenio colectivo de trabajo con SADRA, organismo que nuclea a los árbitros de diferentes disciplinas deportivas.

En ese sentido, Macías adelantó que para la próxima temporada  se busca que los árbitros tengan firmado el convenio colectivo de trabajo con SArCoTeBa y no con SADRA.

De todas maneras, más allá de las cuestiones gremiales, Macías y el resto de los árbitros del país anhelan volver a lanzar la “americana” al aire, porque la están pasando mal y necesitan hacer sonar su silbato, ya que  la gran mayoría se dedican exclusivamente a esta profesión o bien es su principal fuente de ingreso, como en el caso de Ezequiel.