Comercios o casas particulares que manejan sumas de dinero importantes han sido víctimas de delincuentes que conocen los movimientos y tienen al menos un punto en común.
Una vez marcada la “presa”, la primera tarea es reconocer la zona y observar la existencia de cámaras, la ubicación y calidad de las mismas. Algunos hechos donde los delincuentes no se preocuparon ni siquiera por cubrirse con capuchas demuestran que conocían las cámaras y que su registro haría imposible identificar rostros.
Llegan al objetivo munidos de los elementos necesarios para realizar “el trabajo”. No son improvisados. Sierras, cuchillos, tenazas, pinzas y hasta sopletes para ingresar por las noches a comercios que previamente se han estudiado no solo las cámaras, sino la disposición de sensores de alarmas, vecinos que podrían alertar sobre algún ruido extraño y la presencia de algún animal que pudiera reaccionar agresivamente.
Se cree que sus integrantes tienen un denominador común. Abultadas deudas con abogados defensores que los han liberado de otros hechos y hasta podrían haberse sumado algunos prófugos que no estarían tan lejos de la ciudad. Otro punto en común podría ser el lugar donde se han conocido y trabado “amistad”. Varios hechos delictivos no solo de los últimos meses, sino desde al menos dos años, ubican a delincuentes foráneos en un mismo hospedaje, al que curiosamente también concurren conocidos delincuentes locales.
Los datos de comercios y viviendas que terminan siendo víctimas, en algunos casos con violencia preocupante, serían aportados por pocas personas que desde hace un tiempo están abocados a esta tarea.
El último hecho ocurrido en la pinturería ubicada en pleno centro de la ciudad es una clara muestra del trabajo previo realizado.
El ingreso por calle San Martín a través de un local abandonado desde hace tiempo, la inexistencia de cámaras en esa calle, el lugar exacto en el segundo piso al que debían entrar, la utilización de herramientas y elementos que no dejaron rastros particulares, forman parte de una tarea de inteligencia que los investigadores del hecho delictivo asocian a otros hechos de similares características y que podrían adjudicarse a la misma banda integrada por al menos cuatro personas.
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