Lamentablemente el lugar emblemático de la ciudad se ve en riesgo por las motos que se adueñan del espacio público, cometiendo todo tipo de infracciones y poniendo en riesgo a quienes transitan.
Pareciera una situación de nunca acabar la persistencia de carreras y el descontrol en el Parque Unzué, con motos que se adueñan del lugar.
Normalmente la situación comienza antes de las 22 horas, cuando los motociclistas comienzan a llegar, ubicándose en un punto de concentración, que normalmente es un lugar cercano a la cancha de fútbol del Hípico.
Estos comienzan con picadas y con pruebas de “destrezas” en contramano, burlando el lomo de burro ubicado en el Club Hípico.
Los peatones y los vehículos son corridos por voluntad propia, debido al riesgo que significa circular.
Según comentaron a RADIO MÁXIMA, los motociclistas desafían a los inspectores mientras cometen infracciones. Muchos de ellos no tiene casco ni patente, con lo cual no pueden hacerle la multa”.
Además, alguien vinculado a la dirección de Tránsito comentó que “no es conveniente perseguirlos porque el remedio puede ser peor que la enfermedad y pueden provocar un accidente”.
Pero también tienen capacidad de reinventar “circuitos”, cuando los controles se intensifican, pasando desde la zona del acceso sur a otros lugares.
Carlos que integra un grupo de deportistas que dejó de ir a la noche al parque sugirió que “los controles se deben hacer todos los días y en la hora donde hay una mayor presencia de motos para que no tengan día libre sin vigilancia, y de esta manera generar una situación de desgaste”, agregó.
No solo la situación genera preocupación para quienes transitan en el lugar, sinó que es de mucho riesgo para los mismos motociclistas: “Hace un tiempo uno de los muchachos que se lo veía en el parque sufrió un grave accidente, por lo que estuvo mucho tiempo internado y hoy tiene traqueotomía” manifestó.
Los médicos, enfermeros y camilleros de guardia del hospital manifiestan que es muy común atender accidentes con este tipo de rodado.
Lo que sucede en el Parque es complicado, donde este grupo de personas se adueñe de un espacio público y, a la vista de todos cometen todo tipo de infracciones lo que resulta inadmisible. En este contexto, disponer controles constantes con escasa capacidad de acción no parece dar resultado.
Foto: ilustración
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