Que lo parió Gualeguaychú

Me impresionó Gualeguaychú! De hecho estoy hablando de los carnavales. O más vale, de los corsos.

Si, es la primera vez que voy, ¿y? No me gustan los corsos, es así de simple. Ahora no me gustan los corsos. Antes me gustaban mucho. En la cuadra nos juntábamos un pequeño grupo y nos disfrazábamos con lo que podíamos. Me acuerdo de ir a inscribirme en la oficina de Libertad Abril como comparsa… ¡Comparsa! y eramos cuatro, si. Y en casa no tenían ningún temor, apenas superábamos los 10 años y andábamos solos disfrazados. No existía la espuma en aerosol -creo que no existía el aerosol- y la familia desbordaba la Merlassino durante varias cuadras. ¡Las carrozas de los clubes y las instituciones eran deslumbrantes! Las del Fortín eras únicas y las del Ricardo Gutiérrez, y las del Club Brown, o la de Palermo, todas con sus reinas y princesas para la posterior elección de la reina del carnaval. Si, se terminó, ya no es lo mismo. Otra cosa que perdimos. Hace mucho que no voy a los corsos, dejaron de gustarme. Comenzaron a ser violentos. De donde lo mires.Todo cambió y es lógico, pero no evolucionó, al contrario.

Pero Gualeguaychú me impresionó. Mendieta lo diría muy directo, “Lo parió”. Pero no sólo a los corsos eh? Qué lo parió a Gualeguaychú! A sus dirigentes, a los gualeguaychenses y ese histórico momento en que decidieron qué querían ser. Y qué iban a hacer. Y lo hicieron. Lo parió amigo, a usted que tuvo la idea de los corsos tal como son hoy, y del corsódromo… porque ha creado una industria fabulosa, que da laburo todo el año a miles de vecinos de su pueblo.

Claro que me sorprendió Gualeguaychú. Me sorprendió que los integrantes de las comparsas son jóvenes en su mayoría que no tienen pudor de vestirse de lo que sea o de no vestirse, también. Que las plumas no son privativas de las divas en Gualeguaychú, sino que han pasado a ser tan populares como una biela en Arrecifes. Ah! Arrecifes, ¿quiere que hablemos de Arrecifes? Espere, déjeme contarle de Gualeguaychú. Porque acaban de finalizar los carnavales, apenas se sabe quienes son los ganadores y ya están ansiosos por conocer el tema a desarrollar en el próximo carnaval por cada comparsa. Y entonces comenzar a diseñar el desarrollo, las carrozas, los trajes, el tema musical del año para la comparsa… Y entonces de acuerdo a los colores que se utilizarán, se comenzarán a teñir las plumas que se van a comprar a algún lugar lejano, se van a confeccionar los trajes cientos de ellos, que harán cientos de costureras de la ciudad y se pegarán miles de lentejuelas, lo harán hombres y mujeres que tienen trabajo casi todo el año con los corsos… y el día de carnaval, los hoteles se llenarán, y el balneario también, y los restoranes, y las termas… y la gente conocerá la ciudad y volverá, porque lo han atendido como se atiende a un turista, y trabajarán los guías de turismo, y los mozos, y los cocineros, y las confiterías…

Que lo parió a Gualeguaychú, que detrás de la última carroza de la primer comparsa, desfiló un grupo de vecinos en murga, con pancartas de NO A LAS PASTERAS. Todavía, si. Tengan o no razón, todavía los gualeguaychenses siguen firmes en su defensa del ambiente.

Usted quiere que hablemos de Arrecifes… Diga la verdad a esta altura de este texto escrito con un poco de envidia, un poco de admiración pero con mucha bronca por mi ciudad, diga la verdad, no le da también a usted un poquito de envidia? Usted me dirá que somos únicos, los mejores y tenemos la ciudad más linda de la Provincia de Buenos Aires, le diré algo. Podemos tener la mejor ciudad, pero no tenemos idea de lo que es una comunidad. No sabemos lo que es sumarse a un proyecto, desarrollarlo, ocupar un lugar en él, cualquiera, el del último orejón, pero tirar todos para el mismo lado. Y competir entre nosotros para ver quien lo hace mejor, para el bien de todos.

Que lo parió a Arrecifes, que no pudo sostener en el tiempo una fiesta del automovilismo, cuando tenemos todo para hacerla, y mejorarla, y superarnos y superar a cualquiera en eso. Que lo parió a mi ciudad que perdió la Cooperativa Eléctrica, que no pudo tener en pie una clínica privada, que no tiene una universidad, ni un parque industrial -sólo un proyecto- que no tiene el valor de reclamar por lo que le corresponde cuando nos lo quitan.

Me sorprendió Gualeguaychú, porque ha hecho que me gusten los corsos. No por las plumas y la música, y el gran espectáculo de ocho cuadras con miles de personas bailando y gritando mientras las carrozas desfilan delante de ellos, no. Me gustan los corsos porque me hacen acordar a Gualeguaychú y tal vez, eso acreciente un poco la bronca de no tener una ciudad como la que quiero, y tal vez, me empuje a hacer algo para que suceda. Pero no es Gualeguaychú, no se si con arrecifeños se puede.

Lo parió. Tal vez ahora entendamos lo nefasto de decirle que no a la fiesta del automovilismo. (Nos cagaste un cachito el futuro, aunque te parezca mentira). Por suerte tenemos gente como los que organizaron Estacionarte, Que Rujan los Muros, una Amanda, uno, cualquiera que cuando lo llamen va a decir que si, y por ahi, quien te dice, con algunos arrecifeños si se puede… Ojalá.